La Liga Nacional, llamada en un principio Asociación Nacional, fue fundada en 1908, como una de las primeras manifestaciones nacionalistas (valga la redundancia) dentro del cada vez más popular fútbol.

Por eso no es de extrañar que la mayoría de sus primeros campeones fueran clubes que hacían referencias a temas chilenos: Baquedano en referencia a Manuel Baquedano, cuya figura no era polémica en los años del centenario; Santiago, como la capital; Cinco de abril, recordando la batalla de Maipú.

Uno de sus problemas fue que varios de sus campeones se fugaron temporal o permanentemente a la Asociación Santiago, de mucho más prestigio. Así, clubes como Wellington, Cinco de Abril, Benjamín Dávila y Liverpool siguieron esta ruta. Germinar se mudó, en años posteriores, a la cada vez más fuerte Liga Metropolitana en 1926, tras un paso intermedio por la Liga Santiago.

Cada vez más debilitada, en 1925 se concretó la fusión con la Asociación Obrera, cuya historia es mucho más desconocida, en parte porque el fútbol santiaguino siempre fue elitista: cuesta mucho encontrar información sobre un torneo enfocado en la clase trabajadora.

Sabemos de algunos campeones: Carlos Walker, Barcelona (de la imprenta del mismo nombre), Chile-Argentina (acaso el primer gran club obrero de la ciudad), Londres, Bernal Hermanos y Tomás Edison.

Ninguno de sus clubes logró trascender al profesionalismo, salvo por el Santiago Football Club, bicampeón entre 1909 y 1910, y que en 1926 se fusionó con el Santiago Atlético para formar al Deportes Santiago, germen del hasta hoy existente Santiago Morning.